El hotel rural La Nogala está en Dobro, un pequeño y tranquilo pueblo del norte de Burgos. El viajero hallará su ubicación interesante, ya que se encuentra próximo a la unión entre tres comarcas: las Merindades (a la que pertenece), la Bureba, y Sedano y las Loras. La riqueza natural, artística e histórica que nos rodea es verdaderamente abrumadora.
El Entorno
Si algo llama la atención de estas tierras es su gran
contraste paisajístico. En pocos kilómetros podemos encontrar impresionantes montañas, amplios
valles, espectaculares cañones cortados por el río Ebro, vastos páramos, hermosas lagunas y bosques
de todo tipo. Además, el terreno calizo ha propiciado la formación de cuevas y extensas galerías
subterráneas, algunas de ellas visitables.
A lo largo de los siglos los pobladores han dejado un abundante patrimonio histórico y artístico.
Desde monumentos megalíticos prehistóricos, hasta algunos de las ejemplos más puros del Románico.
Castillos y murallas nos recuerdan que en el pasado éstas fueron tierras fronterizas, y monasterios
y eremitorios dan testimonio del esfuerzo repoblador. Sin olvidar la arquitectura popular y las
huellas dejadas por las tareas agrícolas.
Así pues, para el viajero interesado en conocer la zona se abren amplias posibilidades, y podrá
escoger qué visitar en base a sus propios intereses o preferencias.
La Naturaleza
La Cordillera Cantábrica, la cuenca del río Ebro y la Meseta Castellana han modelado en el
norte de Burgos una increíble variedad de paisajes que conforman un espectáculo único, y que por su
casi nula industrialización se conservan apenas degradados.
El relieve nos ofrece cambios de altura vertiginosos entre los sucesivos valles y
cadenas montañosas. Los ríos han cortado el terreno calizo modelando unos impresionantes
desfiladeros y precipicios. El páramo constituye un sobrio y extenso altiplano a 1.000 metros de
altura. Y más al sur, la Bureba nos muestra el inicio de las interminables llanuras
castellanas.
La región es además un espacio bioclimático de transición entre la España Atlántica y la
Mediterránea, lo que la convierte en una encrucijada natural en la que conviven especies vegetales y
animales muy variadas, propias tanto del norte como del sur de la Península Ibérica.
La Nogala se encuentra dentro del Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón, pero sus
indudables atractivos no son sino una parte de la riqueza natural que el viajero encontrará en estas
tierras.
Senderismo
La zona es ideal para los amantes del senderismo y la montaña, habiendo infinidad de rutas adaptadas a la dificultad y duración deseadas. También hay paseos que pueden realizarse desde la misma casa. Disponemos de información completa sobre todos los caminos y rutas de la región a disposición de nuestros huéspedes.El Arte
La Edad Media es un periodo de esplendor para el norte de Burgos, por lo que las obras
artísticas de ese periodo son las más numerosas e importantes. El Románico (siglos X a XIII) es el
arte cumbre, y podemos encontrar magníficas iglesias de ese estilo diseminadas por toda la zona.
Conviviendo con las edificaciones románicas hay también eremitorios y necrópolis. Los eremitorios
son cuevas que servían como lugar de culto y de vivienda, y las necrópolis son grupos de tumbas
excavadas en la roca.
El Gótico también dejó su impronta en la región, modificando las iglesias románicas, o bien
levantando nuevos templos y monasterios, algunos de ellos impresionantes.
Por último, no podemos olvidar las notables construcciones civiles que aún podemos admirar: destacan
los numerosos castillos y torres, en diferente estado de conservación, los puentes que cruzan el
Ebro y sus afluentes, los palacios y las casonas blasonadas. Muchos pueblos han conservado su
aspecto tradicional, por lo que podemos ver excelentes ejemplos de arquitectura popular, así como
otras construcciones vinculadas a las labores del campo: molinos, potros, lavaderos y loberas son
buenos ejemplos de ello.
Actividades
Existe una variada oferta de actividades que pueden realizarse en el entorno de la casa:
La Historia
En estas tierras la Historia se respira por sus cuatro costados, y el viajero que recorra los antiguos caminos se sentirá transportado a otra época al visitar los numerosos testimonios que han llegado hasta nuestros días. Los primeros pobladores prehistóricos vivieron dentro de cuevas, para posteriormente abandonarlas y levantar una serie de dólmenes que todavía hoy nos llaman la atención.
Quedan restos de algunos castros o poblados fortificados de época prerromana, y Roma dejó su huella en villas agrícolas, explotaciones salineras y fortalezas.
Durante la Edad Media las comarcas burgalesas adquieren un mayor protagonismo, y consecuentemente los testimonios de esa época son notables. Torres y castillos surgen por doquier, sosteniendo el esfuerzo de la Reconquista primero, y reforzando el poder de los nobles después. El Condado de Castilla se convierte en Reino, y los reyes fomentan la repoblación fundando monasterios y villas. A medida que la frontera avanza hacia el sur, el norte de Burgos se convierte en zona de paso entre la Meseta y el Cantábrico, lo cual también contribuyó al desarrollo económico de la región.